Cuando nos referimos a la calidad de vida acostumbramos a centrarnos en determinados hábitos saludables como la alimentación, la práctica de ejercicio o nuestras horas de descanso, ya que tenemos asumido que son aspectos esenciales, que nos ayudan a tener una vida mejor.
Pero para “medir” y hacer crecer nuestra calidad de vida, también influyen otros muchos factores y las relaciones que establecemos con los demás, es uno de ellos. Existen diversos estudios que constatan que las relaciones sociales que mantenemos en los distintos ámbitos de nuestra vida también tienen una clara incidencia en nuestra salud física y mental. Por tanto, es muy importante alimentarlas, cuidarlas y poner de nuestra parte para que crezcan.
Entre los múltiples beneficios de mantener relaciones sociales que nos aporten, y que apuntan los estudios, se encuentran, entre otras muchas cosas, que nos ayudan a ser más felices, a reducir el estrés, a disfrutar de buenos momentos, e incluso, a minimizar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas.
¿Cómo fomentar nuestras relaciones sociales?
Promover planes
Si el círculo de amistades o familiares en el que nos movemos es activo, no nos costará apuntarnos a los diferentes planes que se promuevan. Pero en caso contrario, podemos tomar la iniciativa y organizar encuentros. No se trata únicamente de estar en contacto en un grupo de WhatsApp, hay que provocar el cara a cara y, para ello, las posibilidades son infinitas. Una barbacoa de fin de semana, una excursión por la montaña o simplemente salir a tomar algo, pueden ser excusas perfectas para encontrarte con personas interesantes.
Pensar en los demás
La empatía y la capacidad de pensar en los demás es otro aspecto importante para hacer crecer las relaciones sociales. Hay que estar atento a las personas de nuestro entorno y observar si pueden necesitar algo de nosotros. Una conversación para tratar algún tema o simplemente brindar ayuda para solventar cualquier situación doméstica es suficiente para fortalecer estas relaciones. Si estamos pendientes de lo que pueden llegar a necesitar otras personas, lo más probable es que este interés, revierta y tenga un efecto bumerán, si en alguna ocasión necesitamos de los demás.
Apuntarse a realizar actividades
Las aficiones y los hobbies es un aspecto que no podemos dejar nunca de lado. Debemos buscar espacios para nosotros mismos para poder hacer todo aquello que nos gusta. Apuntarse a cualquier curso o actividad de algo por lo que sintamos curiosidad nos ayudará a ser más felices. Además, motivará que podamos potenciar nuestras relaciones sociales con personas con las que, posiblemente, compartamos inquietudes similares a las nuestras.
Estar dispuestos a conocer a gente nueva
En las relaciones sociales, muchas veces se establece una especie de química. Es importante tener el radar activado y la intuición en funcionamiento para poder captar aquellas personas que nos vamos encontrando en el día a día. A partir de aquí, está en nuestras manos empezar a construir nuevas amistades que puedan enriquecernos.
Los vecinos, aliados perfectos para nuestras relaciones positivas
Los vecinos son personas de nuestro entorno con las que prácticamente nos relacionamos a diario. Depende de nosotros establecer vínculos más profundos o simplemente mantener con ellos una relación puramente formal o superficial. Lo que no cabe duda es que, el hecho de promover unas relaciones sociales con nuestros vecinos nos ayudará a beneficiarnos de todo lo que venimos apuntando en este post.
Compartir experiencias y espacios, promover actividades con la comunidad y ayudarse es una apuesta segura para nuestro bienestar. No hay nada mejor que recurrir a un vecino para conseguir un puñadito de sal, si nos hemos quedado sin, o pedirle si puede ocuparse de nuestros hijos durante unos minutos si salimos a comprar en algún momento.
El proyecto Valgreen Ecovivienda cuenta como gran valor diferenciador, el de fomentar e impulsar las relaciones entre vecinos. Para ello, nuestras comunidades estarán dotadas de tecnologías que conectan a los usuarios de la comunidad, para informar y compartir y facilitar la comunicación. Aspiramos a que, precisamente, estos automatismos de gestión y mantenimiento de determinados espacios se conviertan en fuentes pedagógicas para la comunidad. Además, las zonas comunes han sido concebidas para facilitar sinergias entre vecinos y que espacios como los de coworking, lavandería, piscina, solárium, huertos, sala polivalente o barbacoa se conviertan en lugares para compartir, pero sobre todo, para intercambiar experiencias y hacer crecer unas relaciones sociales que nos aportarán en positivo.