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Estilo de vida slow life para ser más feliz

En nuestra vida diaria es muy habitual vernos abocados a llevar un ritmo excesivamente acelerado y marcado por una serie de condicionantes que, a menudo, no contribuyen a nuestro bienestar. Además, una derivada de este estilo de vida imperante es la acumulación de estrés, la falta de tiempo para realizar aquellas cosas que nos gustan o un cierto abandono, que nos aleja de los hábitos que podemos considerar como saludables. Sin embargo, cambiar esta realidad está en nuestras manos, ya que todos tenemos la capacidad de pilotar nuestros comportamientos y dirigirlos hacia la consecución de una mayor calidad de vida.


Así lo consideran los seguidores del “slow life”, un movimiento que tiene su origen en los años 80 y que como su nombre indica, persigue tomarse la vida de una manera más relajada, sin sentirnos esclavos de determinadas obligaciones y de tener que actuar siempre en base a la inmediatez. De lo que se trata es de priorizar aspectos cotidianos como un buen descanso, una alimentación saludable o de disponer de tiempo para dedicarlo a las relaciones personales o a la práctica de actividades que realmente nos motivan. Es una filosofía de vida que implica poder desacelerar para disfrutar de todo lo que tenemos a nuestro alrededor.

Cambiar nuestras prioridades y la perspectiva con la que afrontamos la vida cotidiana puede no resultar sencillo, pero con un poco de esfuerzo, podemos aprender a priorizar para alcanzar el bienestar y determinar lo que realmente resulta importante.





6 claves para apuntarse al slow life


1. Planificación al poder


Organizarse es una de las claves para poder exprimir al máximo la vida. La planificación debe, además, estar acompañada de saber priorizar. No todo es de hoy para mañana y la mayoría de las cosas pueden esperar. Por tanto, debemos aprender a determinar lo que realmente resulta importante en cada momento y establecer nuestro propio orden de prioridades.


2. Sigue hábitos de vida saludables


Un descanso reparador, seguir una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico son tres pilares imprescindibles para una buena calidad de vida. Lo importante es proponérselo y poner en marcha todos los mecanismos necesarios para hacerlo realidad y que los buenos propósitos se conviertan en un hábito.


3. Conecta con las personas de tu alrededor


La falta de tiempo es uno de los argumentos más recurrentes a la hora de no fomentar las relaciones sociales. Además, nos hemos acostumbrado a que el móvil haya despersonalizado nuestra comunicación. Pero dedicar tiempo a promover el contacto y la colaboración con las personas que nos rodean y nos aportan en positivo es otra de las máximas del slow life.


4. Disfruta del tiempo libre


El trabajo o las obligaciones no pueden resultar una excusa para no disponer de tiempo libre. Hay que buscar espacios para poder dedicarlos a los hobbies o para disfrutar de una buena película, de una escapada de fin de semana o de la lectura de un buen libro. El contacto con la naturaleza es otro de los aspectos que no puede faltar en nuestra planificación, ya que resulta una fuente de relajación y de desconexión que contribuye a que nos sintamos más realizados.


5. Aprende a valorar lo que te rodea


Es importante tomar conciencia de todo lo que te rodea y aprender a valorarlo. La vida cotidiana está llena de detalles, por insignificantes que parezcan, que hay que saber apreciar. Debemos vivir con máxima intensidad el momento presente, es decir el aquí y el ahora.


6. No dejes que la tecnología te esclavice

La tecnología no es el enemigo, más bien todo lo contrario, ya que puede facilitarnos mucho la vida. Lo que pasa es que el “slow life” aboga por un uso más racional que no nos condicione ni determine nuestro estado de ánimo. En definitiva, que la consulta del email o el WhatsApp no sea nuestra prioridad durante las 24 horas del día.


El slow life no pretende que tengamos que vivir la vida a cámara lenta y desconectados de la realidad, pero sí persigue que seamos capaces de marcar distancias con la vorágine que a menudo nos acompaña en nuestra vida cotidiana, para ser más felices y poder ganar en calidad de vida. Precisamente el lugar donde establecernos y nuestra vivienda son de los principales factores que inciden en el bienestar de las personas. En este sentido, el proyecto Valgreen EcoVivienda es plenamente consciente de ello y, por este motivo, diseñamos espacios alejados de las principales urbes urbanas, que resulten amables para la convivencia y que fomenten la conexión entre vecinos y en los que la tecnología sea simplemente un buen aliado para poder vivir con mayor tranquilidad.

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